Aunque utilizado desde hace casi 100 años, aumentó su producción después de la II Guerra Mundial, pero no fue hasta la década de los 80 cuando se tomó conciencia de su uso a raíz de la epidemia del SIDA, consiguiendo disminuir los contagios, pero aumentando considerablemente las alergias derivadas del látex, estimándose hoy en un 5% en el sector sanitario y en un 1% de la población general.
Población de riesgo
Debido a su extendido uso, los sectores de riesgo no se centran únicamente en empleados de la sanidad y sus pacientes.
A continuación os detallamos las poblaciones con más riesgo a sufrir algunas de las patologías derivadas del contacto con el látex.
•Personas con cirugías o procedimientos médicos tempranos y/o repetidos.
•Trabajadores sanitarios.
•Trabajadores que usen guantes de látex (manipuladores de alimentos, peluquería, limpieza, policía, funerarios, personal de laboratorio, etc.)
•Trabajadores de la Construcción.
•Trabajadores involucrados en la fabricación de caucho, guantes o sondas de látex.
•Amas de casa con dermatitis crónica que usen guantes de goma.
•Pacientes con espina bífida o malformaciones genitourinarias.
•Pacientes atópicos (alérgicos a sustancias comunes presentes en el ambiente).
•Personas que han tenido reacciones alérgicas graves de causa inexplicada.
•Personas con historial de reacciones frente a ciertas frutas y frutos secos (plátano, castaña, kiwi, aguacate, pistacho, etc).
Patologías
La escala de gravedad de las diferentes reacciones alérgicas al látex es muy dispar, pudiendo ser desde un simple enrojecimiento que se va en cuanto dejas de tener contacto, hasta una hipersensibilidad al látex sintético donde, en el peor de los casos, termina en parada cardíaca.
– Dermatitis irritativa por contacto
•Irritación cutánea por el contacto repetitivo y prolongado con el látex.
•Producido por los productos químicos utilizados en el proceso de fabricación, que junto con el roce continuado, el sudor, etc, agrava la situación.
•Los síntomas como enrojecimiento, picores, descamación, agrietación de la piel etc, pueden aparecer desde minutos hasta varias horas después de la exposición.
•Estos síntomas suelen desaparecer al dejar de estar en contacto con el látex y ponerse en tratamiento médico.
– Alergia proteica al látex o hipersensibilidad inmediata (tipo I)
Este tipo de alergia está asociada a las proteínas heveinas presentes en el látex natural.
La gravedad de la reacción dependerá de la sensibilización de la persona y de factores como:
•La concentración de proteínas
•Zona de contacto (mucosas)
•Duración de contacto
Los síntomas suelen seguir el siguiente orden:
•Apariciones cutáneas leves
·Enrojecimiento de piel, picor, ampollas etc
•Generalización de los síntomas
·Extensión a otras zonas de las apariciones cutáneas leves
• Cuadros respiratorios moderados:
·El contacto prolongado puede derivar a problemas respiratorios como rinitis, procesos asmáticos etc.
•Shock anafiláctico
·Son los casos más graves de alergia. Pueden producirse en personas sensibles al entrar en contacto directo el látex natural con los órganos internos o mucosas. Aparecen dificultades respiratorias, taquicardias, arritmias etc., pudiendo llegar a parada cardíaca.
– Alergia proteica al látex o hipersensibilidad retardada (tipo IV)
Este tipo de alergia se produce por reacción a alguno de los aditivos químicos en el proceso de fabricación. Esto significa que pueden causar alergia tanto el látex natural como el sintético.
Los síntomas suelen aparecer en las zonas de contacto, siendo de gravedad más leve que la alergia tipo I.
Irritación, enrojecimiento o sequedad de la piel son algunos de los síntomas que pueden aparecer de 24 a 48h después del contacto.
Factores que favorecen la alergia
Existen diversos factores como el estado de la piel o la propensión a sufrir alergias que favorecen la aparición de la alergia y/o agravan los síntomas.
-Estado de la piel
La piel se puede ver afectada por un lavado excesivo con jabones de pH no neutros, por la utilización de disolventes, por la sudoración excesiva o por la misma fricción continuada. Estas acciones debilitan la piel exponiéndola más fácilmente a las proteínas del látex.
El uso constante y repetitivo de Epis (equipos de protección individual) fabricados con látex y los guantes con polvo de maíz pueden acelerar la aparición de la alergia.
-Historial médico
Los pacientes que han sido operados repetidas veces y han estado en contacto con material de látex tienen más probabilidades de sufrir reacciones alérgicas.
– Personas atópicas
Personas que sufren alergias ambientales diversas como a los ácaros o al polen y personas con espina bífida.
– Reacciones cruzadas
Hay alimentos que contienen el mismo tipo de proteína que el látex, causando las mismas reacciones.
Las personas que sean alérgicas al Kiwi, Plátano, Aguacate, Castañas, frutas de la familia de las rosáceas (melocotón, cereza, manzana etc.) y hortalizas como el tomate o la patata, seguramente también lo sean al látex natural.
Prevención
Dado que no existe vacuna ni tratamiento claramente pautado frente a las diferentes reacciones alérgicas al látex, lo mejor es la prevención.
Las siguientes medidas propuestas pueden disminuir la gravedad de las reacciones o incluso evitar la alergia.
• Evitar en la máxima medida el contacto con productos fabricados con látex.
• Sustituir los materiales con látex natural por otros sintéticos, así disminuiremos la aparición de la alergia proteica tipo I.
• Utilizar productos o materiales sintéticos que no contengan tiuranos, carbonatos etc y así se minimizará la aparición de alergia proteica tipo IV
• Evitar la lubricación con polvo de los guantes de látex
• Utilizar únicamente guantes de látex cuando sea estrictamente necesario y no sea posible el remplazo por otros materiales.
• Las personas sensibles deberán extremar las precauciones
• Es recomendable llevar pulsera u otro tipo de placa médica informando de la alergia al látex. En caso de accidente o reacción grave los sanitarios y demás personal deberán actuar en consecuencia.
• Avisar a las personas de su entorno de su alergia para evitar accidentes.
Esperamos que este post, junto con la parte I, os haya servido de ayuda.
Recordar que existen asociaciones específicas de alérgicos al látex que os pueden asesorar.